domingo, 28 de agosto de 2011

Si el Empire State hablase...



El edificio Empire State, imponente y altivo desde el día que se inauguró se alza sobre la ciudad de Nueva York, dándole un aire señorial y respetable ya que dominaba y domina el “skyline” de esta ciudad.
Pero no es sólo el edificio, su figura de icono, su aparición en el cine o su altura lo que le aporta un merecido protagonismo, es su historia y la huella que ha dejado a las gentes de Nueva York a lo largo de muchos años. Porque puede presumir de historia.
En la oscura y enigmática atmósfera de 1931, mientras la ciudad moría de hambre debido al crack de la bolsa del 29 y del cual no se recuperaba, se comenzó a levantar en un solar que fue una granja en el siglo XIX un imponente rascacielos al cual algunos como el Chrysler ya le empezaban a hacer sombra, pero no por mucho tiempo. Se terminó el lujoso rascacielos y se convirtió automáticamente en el más alto del mundo y de la ciudad, ostentando este título por  41 años, hasta que las Torres Gemelas fueron terminadas en 1972, y le arrebataron el puesto. No obstante, tras su destrucción en 2001, el Empire State se ganó de nuevo el cielo de Nueva York.
En sus orígenes el distintivo del edificio fue originalmente diseñado para ser un mástil de amarre y depósito de dirigibles. El piso número 102 fue originalmente una plataforma para pista de aterrizaje. Un ascensor particular, entre los pisos 86 y 102, fue realizado para el transporte de pasajeros. Sin embargo, la idea resultó ser poco práctica y peligrosa después de unos intentos con aeronaves, debido a los poderosos movimientos causados por el tamaño de la construcción en sí. 
Tampoco es conocido que a las 9:40 del sábado 28 de julio de 1945, un bombardero B-25 Mitchell, pilotado entre la niebla espesa por el Teniente Coronel William F. Smith Jr. se estrelló en el lado norte del Edificio Empire State, entre los pisos 79 y 80. Parte del motor del avión voló a través del lado opuesto del impacto y siguió hasta la siguiente manzana, donde aterrizó sobre el tejado de un edificio cercano, a partir de un incendio que destruyó un ático. La otra parte del motor y el resto del avión se desplomaron bajo el eje de un ascensor. El fuego causado fue extinguido en 40 minutos. Catorce personas murieron en el incidente.  El ascensorista Betty Lou Oliver sobrevivió a una caída de 75 pisos dentro de un ascensor, que sigue en pie como el Record Mundial Guinness por quien sobrevivió a la más larga caída de un ascensor.  A pesar de los daños y la pérdida de vidas, el edificio fue abierto para los pisos de muchos negocios el lunes siguiente.
A lo largo de los años, más de treinta personas se han suicidado desde la parte superior del edificio. El primer suicidio se produjo incluso antes de su finalización, por un trabajador que había sido despedido. La valla alrededor de la terraza del observatorio fue finalizada en 1947 después de que cinco personas trataran de saltar durante un período de tres semanas. En 1979, Elvita Adams saltó desde el piso 86, sólo para ser ingresada de vuelta al piso 85, sobreviviendo sólo con una fractura de cadera. El edificio fue también el lugar de suicidios en 2004 y 2006.
La iluminación del edificio no está puesta al azar, en 1964 se añadieron los focos para iluminar la parte superior del edificio por la noche. Estos focos han dado luz en ocasiones especiales, tales como: después de la muerte de la actriz Fay Wray (King Kong) a finales de 2004, el edificio estuvo en completa oscuridad durante 15 minutos. Los focos del edificio lo bañaron en rojo, blanco y azul durante varios meses después de la destrucción del World Trade Center.  Ya en 2007, el edificio se iluminó de color amarillo para indicar el estreno de la película Los Simpsons. En la noche del 11 de julio de 2010 puso como luces los colores correspondientes a la bandera de España, con motivo de la victoria del Mundial de Sudáfrica de la FIFA.
Este edificio ha aparecido en multitud de películas tanto de mediados del siglo XX como actuales. Quizás la representación popular más famosa es la de la película de 1933 King Kong, en la que un simio gigante, sube al edificio para escapar de sus captores. La secuencia fue repetida en la película de 2005. En el libro Percy Jackson, el Monte Olimpo está situado en el piso, realmente inexistente, seiscientos del  Empire State.
Y estas son sólo algunas de las miles de historias que rodean al edificio y son muchas las anécdotas que este gigante podría contar, esperemos que siga habiendo muchas más.
Jesús Rico Altozano


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