martes, 12 de abril de 2011

Y decirte tantas cosas...

                                       
Hace tanto que no te escribo, que ya no sé que decirte, ni cómo empezar. hace 5 años que te conozco, aunque hace un tiempo te perdí el rastro. ¿te acuerdas de mí? soy la misma niña que te llamaba cuando era pequeña, fuiste la que me prometió ser tan bonita y tan querida como todas las chicas de mi clase. Y parecías tan sincera y tan eficaz que acudí a ti. Buscaba información de ti en todas las páginas web, revistas y fotos. Seguía tus pasos y tus reglas a diario. Me encantabas, te apreciaba, incluso llegué a quererte. Además, los demás te conocían a partir de mí, pues tú sólo existías en mi cabeza, pero te diste a conocer en mi cuerpo. Te convertiste en una ilusión real, en mi reto del día a día, y en mi mejor amiga. Pero en tan poco tiempo me cambiaste tanto que me di cuenta que para mí eras un peligro, y sólo por tu culpa se me caía el pelo, la piel se me demacraba y me provocabas mareos. Aun así me encapriché por tenerte. Supe que sólo tú ibas a quererme con 45 kilos e ibas a comprender todas y cada una de las veces que lloraba. Pero me hiciste sorda, al no querer escuchar a los demás. Ciega, por no poder verme como era en realidad. Y lo peor, nunca me dejaste sentir lo que tocaba, ni siquiera en mi propio cuerpo. Eres la peor amiga que he tenido nunca, pero en aquel momento fuiste a la que más quise. Provocaste tal desajuste de sentimientos dentro de mí que aún me entran ganas de llorar cuando te pienso, y me entran golpes de escalofríos cuando te veo dentro de otra chica luchando por ser perfecta.

No sabes prometer otra cosa que la perfección, y aunque la perfección no exista, creo que nadie entiende que haya personas que mueran por tenerla.

Pero aun así, te doy las gracias, porque en la frase “quien dijo que fuese fácil ser una princesa”… yo no soy la princesa, pero sí me considero la más fuerte por perderte.


Klaudia Castillo 

No hay comentarios:

Publicar un comentario